La Universitat Politècnica de Catalunya da un
"aprobado justito" al Fòrum
Los visitantes más críticos fueron los
barceloneses, que puntuaron con un 5,9 el grado de
satisfacción de su visita |
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JORDI
BORDAS - 16/04/2005 BARCELONA
Acostumbrada a examinar y evaluar a sus alumnos, la
Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) no ha podido dejar de
hacer lo mismo con el Fòrum. Y la nota final no va más allá de un
aprobado justito. Así lo dijo ayer el director del Centre de
Política del Sol iValoracions, Josep Roca Caldera, durante la
presentación del estudio sobre "la valoración económica y social del
Fòrum de les Cultures" organizado el año pasado.
Entre los
aspectos que aborda el trabajo -realizado por Carlos Marmolejo y
Rafael Porcar, que solicitaron la opinión a 900 personas- destaca la
valoración que los visitantes hicieron del recinto desde el punto de
vista urbanístico y como acontecimiento social. Y las notas
obtenidas son muy diferentes. En el primer caso, un notable,
exactamente un 7,1 en una escala del uno al diez, mientras que en el
segundo, se quedó en un 6,1.
¿A quién gustó más? Los
visitantes más críticos fueron los de la propia ciudad de Barcelona,
que puntuaron con un 6,9 la transformación urbanística que
experimentó la zona, mientras que valoraron en un 5,9 su grado de
satisfacción, al término de la visita. Los más condescendientes
fueron los catalanes que no residen en el área metropolitana (que
otorgaron un 6,78) y los extranjeros (6,59).
¿Qué áreas o
zonas causaron mejor impresión? El entorno de la plaza fotovoltaica
y el propio edificio del Fòrum (ver cuadro adjunto). En el reverso
de la moneda, los cuatro mayores inconvenientes fueron, por este
orden, los escasísimos espacios con sombra, los precios elevados, la
escasez de contenido para un espacio tan grande como aquel y los
largos recorridos que se debían efectuar para moverse por el
interior del recinto. La exposición más visitada fue la de Els
guerrers de Xi´an, seguida de la muestra Habitar el món,
Cantonades y Veus.
La encuesta de la UPC
pretendía esclarecer también si, de no haberse celebrado el Fòrum,
la transformación urbanística de aquel lugar de Barcelona habría
despertado el mismo interés popular. Y la respuesta no deja lugar a
dudas: el 73 por ciento aseguró que hubiera acudido igualmente
aunque no hubiera actividad alguna.
Las razones esgrimidas
por la mayoría de los ciudadanos que no habrían visitado el Fòrum,
en el supuesto de que no se hubiera celebrado acontecimiento alguno,
aseguraban, en el 76 por ciento de los casos, que aquel espacio no
les parecía interesante "sin el programa de actividades". Más
tajante se mostró un 10 por ciento de los visitantes que no
ocultaban que, para ellos, el lugar "ni era agradable ni
trascendente".
Estos datos no hacen otra cosa que explicar
la mediocre valoración del Fòrum como acontecimiento social -el 6,15
anteriormente aludido- en relación con la otorgada a la remodelación
urbanística: el 7,1.
A la hora de abordar la "valoración
económica" del evento, los autores del estudio aseguran que, en el
fondo, el esfuerzo económico efectuado por los visitantes (teniendo
en cuenta el precio de las entradas, el coste del transporte,
hospedaje, alimentación, aparcamiento y gastos en el interior del
recinto) fue sensiblemente mayor que el llevado a cabo por la propia
organización. La UPC cifra en 395,7 millones de euros el esfuerzo
económico de las personas acudieron al recinto, una cifra
sensiblemente mayor que la del coste de organización que se situó
cerca de los 324 millones de euros.
Especulando sobre el
futuro del recinto, los autores adelantaron que, desde el punto de
vista del uso público, la inversión efectuada al construir el Fòrum
podía darse por amortizada si se llega a conseguir que 3,4 millones
de personas lo visiten antes del año
2012.
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