LA EVOLUCIÓN DEL CONCEPTO DE MORFOLOGÍA URBANA

 

 

 

La evolución del concepto de morfología urbana: tradiciones y categorías implicadas

La noción de morfología urbana es compleja y podemos reconocerla en las sucesivas aproximaciones que han ido poco a poco precisando sus elementos componentes.

Los primeros desarrollos del concepto se producen en la segunda década del siglo desde la geografía del arte centroeuropea (estudio de Hassinger sobre Viena, 1912). Los estudios del sitio y el plano de la ciudad, como el de Geisler sobre Dantzig de 1918, son de todos modos meras descripciones, una noción de morfología como simple morfografía. El enriquecimiento del concepto surge en realidad de la confluencia posterior de tradiciones hacia 1930, al cruzarse las aportaciones de historiadores, geógrafos y arquitectos urbanistas.

La formulación moderna y más acabada del concepto se debe a la figura de M. R. G. Conzen, un geógrafo y urbanista de ascendencia centroeuropea, exiliado después a Gran Bretaña, que estableció en la segunda posguerra (estudio de Alnwick, publicado en 1960) las bases definitorias y los elementos constitutivos de la morfología urbana. Dos criterios cimientan su propuesta: la aproximación genética y la relevancia de la parcela como unidad de análisis fundamental. Desde esa actitud de método, Conzen define los elementos básicos del paisaje urbano: el plano de la ciudad (como compuesto de cuatro componentes: sitio, viario, parcelario y proyección plana de la edificación), los tipos edificatorios y los usos del suelo (un último elemento que toma Conzen de las ya consolidadas sociología y economía urbanas anglosajonas). El estudio del sitio y del viario formaba parte de la definición más tradicional del plano de la ciudad. El parcelario hacía sin embargo su entrada como elemento decisivo en los análisis del plano de la ciudad (Bernoulli, 1951). La parcela fue considerada desde la segunda posguerra como célula de base de formación de la ciudad medieval europea.

El concepto inicial de plano de la ciudad se fue haciendo más complejo, profundizándose el estudio del parcelario y renovándose el concepto de tipo edificatorio. Desde finales de los 50, Muratori insiste en los aspectos formativos del tipo arquitectónico, superando así el concepto de estilo arquitectónico de los geógrafos culturales. Siguiendo su estela, los arquitectos italianos de los años 60, sin conocer la tradición centroeuropea o los trabajos geográficos de Conzen, desarrollan una nueva visión de la ciudad como hecho construido, manufatto (artifact), donde el papel de la arquitectura menor, de la arquitectura más repetitiva, se convierte en el elemento decisivo de explicación de los distintos tejidos constituyentes de la forma urbana. En los años 70, el análisis urbano, el análisis morfotipológico, se extiende a otros países latinos, publicándose excelentes monografías urbanas. Yo destacaría en especial los trabajos franceses, ejemplo de profesionalidad historiográfica, de claridad conceptual y de interdisciplinaeridad (les Halles, Versalles)

Desde los años 70, la noción de morfología urbana no ha dejado de hacerse cada vez más inclusiva, de manera que hoy en día no puede ya separarse de nuevas acepciones que han ido enriqueciendo su contenido. Así, se entiende como posible que un estudio de morfología urbana deba incluir una consideración de la ciudad como paisaje, esto es una visión de la ciudad en movimiento o un análisis urbano desde los elementos subjetivos que introduce la percepción ("mapas mentales", Lynch, escuela del townscape). La forma de la ciudad puede ser también vista como suma de proyectos o de innovaciones técnicas (redes de infraestructuras, nuevas tecnologías de muy diverso tipo que también "se materializan" en la ciudad). El proyecto -o el orden oculto del trazado regulador- es también el soporte compositivo, la matriz de muchas formas urbanas, incluso en los momentos en los que el arquitecto no participa en primera persona en el diseño de espacios urbanos (Guidoni).

Morfología y crecimiento urbano: del espacio cerrado al espacio abierto en la visión de la cultura arquitectónica

Las explicaciones del crecimiento urbano contemporáneo por parte de la cultura arquitectónica son una buena piedra de toque para valorar hoy en día la utilidad del análisis morfotipológico.

La ciudad de la Era Industrial ha constituido para numerosos arquitectos el puente histórico de transición de las formas urbanas de la ciudad compacta preindustrial y a la dispersa del siglo actual. Ese paisaje urbano en transición puede contemplarse a modo de ejemplo en la evolución de la calle como uno de los elementos más definitorios de la forma urbana. La "calle corredor" redefinida en el siglo XIX, a pesar de estar determinada por las nuevas concepciones tecnológicas que se imponen, constituye todavía un "modelo" espacial, un referente válido, en tanto sobrevive el orden de la alineación edificatoria como directriz generadora de espacio cerrado, de contención formal. La desvinculación entre viario y frente edificatorio comienza sin embargo a plantearse en las periferias de baja densidad británicas desde el siglo XIX. A principios de este siglo, se reformula ahí una nueva "calle suburbana" que se aleja de la vitalidad sociocultural de la calle tradicional. El espacio público, el espacio "interbloques" de la vivienda masiva del Movimiento Moderno de entreguerras, resulta ser también un espacio vacío, sin cualidad. Los bloques "flotan en el espacio" sin control (se sumergen en un bosque higiénico y regenerador, interpretaría el arquitecto-higienista de la época) (Pannerai y C.Rowe).

El siglo XX, y en concreto los años 50 y 60, sancionan en todos los países europeos la hegemonía del bloque y de ese espacio abierto sin cualidad, una auténtica convulsión de las formas urbanas que en sus distintas versiones nacionales marcan el camino definitivo hacia la consolidación de una ciudad cada vez más dispersa. Un vertiginoso recorrido de lo cerrado a lo abierto que no ha hecho sino ensancharse a pesar de las "llamadas al orden" (lease la "vuelta al espacio cerrado" desde los años 70 de muchos grupos y tendencias de arquitectos, en sus distintas versiones más o menos historicistas ).

El desarrollo de la ciudad difusa durante los últimos veinte años ha multiplicado esa tendencia que creíamos olvidada en la época del urbanismo de la austeridad, de la regeneración urbana, de la "cirujía" de las tramas urbanas inconexas y de la ciudad compacta (la ciudad histórica) como modelo estético. Se ha producido un auténtico salto de cualidad con la generalización en el territorio de formas de suburbio jardín, de áreas densas en perfireria, de centros comerciales, de espacios del intercambio logístico, de parques industriales, etc... Como consecuencia de la multiplicación de la movilidad, la dispersión de las formas urbanas, el sprawl, es ya el fenómeno urbano de nuestros días. Las formas urbanas ya no lo son en el sentido clásico, pues lo que las define es precisamente la mixtura: lo abierto-cerrado, el campo-ciudad, la ausencia de límite. Los estudios de morfología urbana a cargo de arquitectos, si bien han ido abriéndose a las nuevas perspectivas (reviviendo en consecuencia ciertos momentos dulces de la historia de la arquitectura o de las formas urbanas abiertas) no parecen por otro lado capaces de ofrecer hoy en día visiones novedosas, explicaciones convincentes en forma de teoría sobre la realidad de la ciudad contemporánea que vayan más allá de una aburrida recurrencia a las bondades del "proyecto urbano" (auténtica epidemia que ha venido a arruinar la mejor tradición de trabajos sobre morfología e historia urbana en los últimos años) o bien al establecimiento de algunas nuevas taxonomías de los distintos tejidos con escaso poder explicativo por el momento.

El paisaje urbano, una explicación procesual.

De mayor enjundia resultan los estudios de la morfología urbana que se han realizado desde las ciencias sociales o desde una cierta interdisciplinariedad (fundamentalmente la geografía y la economía urbanas). En algunos de estos enfoques se pone menos el acento en una visión descriptivo-comparativa de la forma urbana que en una visión procesual y en una explicación teórica.

Una visión economicista desde la geografía ha permitido la comprensión del crecimiento urbano no desde una visión continua, sino a través del instrumento mediador del ciclo de la construcción. No se trata de un instrumento universal, pues cada ciudad -o parte de ciudad- ofrece sus propias coyunturas. Intervienen, además, en la modelación del ciclo, la demografía, los promotores y constructores de casas, las ordenanzas y la oferta de suelo de manera que no se trata de un movimiento totalmente previsible. Más allá del excesivo mecanicismo, en el movimiento general cíclico de Whitehand se encadenan en una explicación general los precios del suelo, la construcción residencial - fase explosiva- y la no residencial -fase recesiva, el análisis planimétrico de la ciudad en franjas edificadas y franjas de verde-equipamientos, el estudio en ondas temporales del parcelario o del tipo de vivienda.

La visión economicista se ha prolongado en la reflexión de los urbanistas marxianos y de muchos geográfos, arquitectos, historiadores que dieron en los 70 un importante giro al estudio de la morfología urbana a través del estudio de la propiedad y los agentes urbanos. Se trata de un programa abierto al estudio de la morfología urbana que debe completarse sobre todo desde el lado de la propia demanda con el análisis de naturaleza del tipo de vivienda demandado, de alquileres, salarios reales, uso y estrategias de acceso, configurando así sectores segmentados del mercado.

En buena medida, esto nos son sino explicaciones del cómo y el porqué, pero no del qué, de la forma real de la ciudad real, especialmente en sus últimos estadios desarrollo.

Hacia nuevas explicaciones

La crisis de las visiones tradicionales se debe en parte al cambio del modelo de crecimiento urbano y a la entrada de nuevos paradigmas de funcionamiento económico y social. La visión más estrictamente fisicista desde la cultura arquitectónica es incapaz hoy por hoy de ofrecer nuevos paradigmas interpretativos de la ciudad actual: la forma de los actuales desarrollos urbanos no puede comprenderse ya bajo la sencilla oposición espacio abierto-espacio cerrado (un vaivén conceptual en perpetua discusión en el mundo de los arquitectos). Las interpretaciones de la ciudad desde las ciencias sociales, dominantes en la teoría urbana en las últimas décadas, han olvidado en buena medida los aspectos estrictamente físicos por poco relevantes en la explicación del desarrollo urbano o por simple incomprensión de los fenómenos de difusión urbana de los últimos años.

Surgen, sin embargo, nuevos paradigmas: un nuevo fisicismo que, sin renunciar a la determinación de la forma urbana por las distancias socioeconómicas, se centra en aquélla, descubriendo un orden interno que subyace a la complejidad inherente a lo urbano. Una geometría no euclidiana, un análisis espacial que no se basa en la simple subdivisión sino en la estructura de red y en la jerarquía, en la autosimilitud y no en la diferencia de escalas. El crecimiento urbano, como enseña la teoría del caos, simula al de los seres vivos: sus códigos de desarrollo radican en sus partes más locales (como las células). Las ciudades son demasiado complejas: la morfología urbana solo puede ser entendida desde su nivel más descentralizado y local, de forma dinámica, como enseña la teoría de fractales y el funcionamiento de los autómatas celulares (Batty, 1997). Aplicando procedimientos automáticos de generación gráfica de formas por iteración, se han conseguido ya buenas simulaciones del proceso de formación de la mancha urbana, de los perfiles y bordes de la ciudad, de la forma de los diferentes usos del suelo.

Finalmente, cualquier interpretación de las actuales formas urbanas no puede ya soslayar la hegemonía de lo visual. Y ello en un doble sentido. En primer lugar, lo que vemos ya no es solo lo que vemos: el mundo perceptivo de lo visual ya no nos necesita a nosotros para existir: El espacio infográfico no solo tiende a ser interactivo. El mismo sujeto no posee el espacio a través de su trabajo, sino que el individuo tiende a "perderse" en ese espacio. A través del espacio de los flujos (Castells), un espacio que se distingue de los viejos conceptos de lugar, ciudad, región, se está creando otra realidad (uno nunca necesariamente está donde está ni deja de estar donde no está). Ligada a esa hegemonia-autonomía de lo visual, se refuerza la idea de la ciudad-arquitectura espectáculo, opuesta a la noción tradicional de arquitectura-ciudad como simple construcción material. Lo que vemos, la mera materialidad de las formas, simplemente puede dejar de ser relevante si no aparece ligada a los medios de su difusión (a los mass media). Tenemos que volver a pensar la relación entre imágenes y espacio, especialmente cuando la proliferación de imágenes se da a tan alta velocidad que se hace imposible dar cuenta de ellas.

Sobre el concepto general de morfología urbana y su evolución, especialmente desde la geografía urbana

- R.E. DICKINSON, The West European City, Routledge & Kegan Paul, Londres,1951

- G.GORDON, "The shapping of urban morphology", Urban History Yearbook, 1984.

- F.J.MONCLUS, "Arte urbano y estudios histórico urbanísticos: tradiciones, ciclos y recuperaciones". 3ZU, 4, 1995

- MONTANARI, CORDES, FORSYTH (eds.), Urban Landscape Dynamics, Aldershot, Avebury, 1993.

- T.R.SLATER (ed.), The built form of Western cities, Leicester Universtiy Press, Leicester, 1990.

* J.VILAGRASA, "El estudio de la morfología urbana", Geo-Crítica, 92, marzo, 1991

- J.W.R.WITEHAND, The changing face of cities, Basil Blackwell, Londres, 1987, Cap.1.

* J.W.R.WHITEHAND (ed.), The urban landscape, Academic Press, Londres, 1987, contiene los textos básicos de Conzen.

 

Sobre análisis parcelario

- H. BERNOULLI, La città e il suolo urbano, Cap.II, A.Valerdi, Milan, 1951

* F.BOUDON, "Tissu urbain et architecture: lŽanalyse parcellaire comme base de lŽhistoire architecturale", Annales, Economies, Societés, Civlizations, jul-ag, 1975.

- F.BOUDON, A.CHASTEL, H.COUZY, F.HAMAN, Systeme de lŽarchitecture urbaine. Le quartier des Halles à Paris, CNRS, Paris, 1977, cap II

- J.L.PIÑON, Los orígenes de la Valencia moderna, Alfons el Magnánim, Valencia, 1988, cap.1

- B.ROULEAU, Les faubourgs de Paris, Seuil, Paris, 1990

- Los estudios sobre la propiedad en la España contemporánea son numerosísimos en los últimos 20 años, destacando los de R. Mas, M. Tatjer, T. Cortizo y R. Vilagrasa en la geografía y los de M. Larrosa, Guardia y Espuche y E. Serra y M. Corominas en la arquitectura ver como referencia general R. MAS "La promoción inmueble en España", Ciudad y Territorio, Estudios Territoriales, XXVIII,107-108,1996

 

Sobre tipo edificatorio, análisis morfotipológico e interpretación del crecimiento de la ciudad desde la cultura arquitectónica

- C.AYMONINO, A.ROSSI (eds), La città de Padova,saggio di analisi urbana, Officina, Roma, 1970

- G. CANNIGGIA, G.L.MAFFEI, Tipología de la edificación, (1979), Celeste, Madrid, 1995

- J. CASTEX, CH,DEPAULE, PH,PANERAI, Versailles. Lecture dŽune ville, Editions du Moniteur, París, 1979

- E. GUIDONI, "Strada e isolato", Lotus, 1980

- S.KOSTOFF, The City assembled. The City shapped, Thames & Hudson, Londres, 1993, 1994.

* C. MARTI ARIS, Las variaciones de la identidad, Ediciones del Serbal, Barcelona, 1993

- S. MURATORI, Studi per a una operante storia urbana di Venezia, Istituto Poligrafico dello Stato, Roma,1959 (fotocopiado ETSAVs)

- P.PANNERAI et altri, Elementos de análisis urbano, Gustavo Gili, Barcelona, 1983

- P.PANNERAI et altri, Formas urbanas de la manzana al bloque, Gustavo Gili, Barcelona, 1986

- A. DEL POZO (ed.), Análisis surbano. Textos: Gianfranco Caniggia, Carlo Aymonino, Massimo Scolari, Universidad de Sevilla, IUCC, Sevilla. 1997

- A. ROSSI, La arquitectura de la ciudad, Gustavo Gili, Barcelona, 1969

- C.ROWE, F.KOETTER, Ciudad collage, Gustavo Gili, Barcelona, 1981

- J.A. SANZ (ed.), Sobre el concepto de tipo en arquitectura, Publicaciones de la ETSAVs, 1974

 

Sobre nuevas visiones de la ciudad

- M. BATTY, "Sobre el crecimieno de la ciudad", Fisuras, 5, diciembre, 1997, 4-53.

- M. BATTY. P. LONGLEY, Fractal Cities, Academic Press, Londres, 1994

- M. CASTELLS, La era de la información, vol.1, Alianza, Madrid, 1997, Cap.6

- J. CASTRO NOGUEIRA, La ciudad que ríe, Tecnos, Madrid, 1996.

- A. ESCOHOTADO, Caos y orden, Espasa, Madrid, 1999.

- B. HILLIER, J.HANSON, The Social Logic of Space, University Press, Cambridge, 1984

- P. FRANKHAUSER, La fractalité des Structures Urbaines, Anthropos, París, 1994.