OTROS JARDINES

 

El jardín como domesticación de la naturaleza

Lugar seguro, limitado, cerrado, el jardín recupera la idea de paraíso a través de la protección de su ámbito, entre la naturaleza que lo rodea y el jardín ha de existir un cierto grado de diferenciación. La concepción del jardín como naturaleza controlada por el hombre, unida a los valores sociales y simbólicos de cada época, ha dado lugar a lo largo de la historia a multitud de modelos diferentes de jardines.

El deseo del hombre de controlar la naturaleza, ya sea como instrumento alimenticio, medicinal o contemplativo, ha producido el desarrollo de multitud de técnicas y elementos de servicio que posteriormente han evolucionado desde la agricultura hacia los elementos decorativos o de uso en el ocio, desde los sistemas de riego a las fuentes monumentales, desde los bancales agrícolas a las terrazas de los jardines, desde los sistemas de protección a las vallas, desde las podas para mejorar la producción a la topiaria decorativa.

La variedad de soluciones en los límites, trazados, recorridos, modelación del relieve, uso del agua, domesticación de la vegetación e introducción de los elementos arquitectónicos ha producido diferentes estilos de parques y jardines, los cuales han estado debatiéndose a lo largo de los siglos entre la imitación de la naturaleza y la imitación de la arquitectura, extremos ambos ejemplificados por el jardín paisajista inglés del XVIII y por el jardín barroco francés del XVII.

 

Naturaleza y ciudad. El jardín urbano

La naturaleza en la ciudad, representada habitualmente por los parques urbanos, es el exponente más claro del espíritu popular que asocia al espacio público la imagen de los paisajes deseados.

Joseph Rykwert nos invitaba en su artículo "El jardín del futuro, entre la estética y la tecnología" a resolver una de las reivindicaciones más claras de nuestro tiempo: llevar la naturaleza a la ciudad y hacer útil la naturaleza al ciudadano.

Tradicionalmente existen dos modelos de relación entre la naturaleza y la ciudad que son: la utilización de elementos naturales en la ciudad y la intervención para el uso ciudadano en el exterior de la ciudad, el primero como herencia de la tradición Victoriana de crear parques en las ciudades para resolver los conflictos creados por el desmesurado crecimiento de las urbes, y el segundo para responder a la necesidad del ciudadano de utilizar los paisajes más próximos.

Conceptualmente se considera a los parques como un trozo limitado de naturaleza que se introduce en la ciudad, naturaleza que no es la misma de la que se parte por el traslado, cambio de escala o abstracción que se produce con relación a la fuente de inspiración. La relación que se establece entre la ciudad y el parque se concreta a través de los límites y los recorridos, los primeros como expresión de las interacciones que se establecen entre el parque y su periferia, los segundos como elementos que te permiten una correcta experiencia del lugar. Estas relaciones entre ciudad y naturaleza han dado lugar a multitud de ejemplos de espacio público, producto de la complejidad de transportar literalmente modelos naturales para su uso ciudadano, o de la contradicción evidente entre estos usos urbanos y las imágenes naturales que se quieren preservar.

 

Infraestructuras y espacio libre. El jardín geográfico.

Paisajes "vagues" producto de la "crisis de los límites" entre ciudad y territorio. Las infraestructuras, las nuevas tipologías, los programas de ocupación del territorio, la novedad radical de determinados emplazamientos y solicitaciones, han dado lugar a una ciudad y a un territorio que ya son una sola cosa, sin límites, con infinidad de "vacíos urbanos" existentes o posibles.

La movilidad constituye la base del nuevo organismo territorial y los elementos físicos que la garantizan: redes de carreteras, nuevas urbanizaciones, ferrocarriles y aeropuertos, resultan ser uno de los principales soportes funcionales del sistema económico. Sus imprescindibles trazados se caracterizan por ser una de las agresiones más intensas sobre el territorio y a la vez la transformación que le confiere más expectativas de desarrollo.

Pero bajo lo que queda de ciudad persiste la geografía, fenómenos que encontramos en todas las escalas de trabajo, que podemos reinventar en cada lugar, que podemos transformar como soporte de los nuevos programas de ocupación del territorio. Soporte de nuevos espacios libres o soporte de actividades cambiantes, estas actuaciones pueden revitalizar la geografía primigenia del lugar, rescatar o inventar los pequeños fenómenos de paisaje que todo lugar contiene o puede contener.

Frente al no-lugar universal producto de la amnesia topográfica moderna, descubrimos por otro lado que los vacíos urbanos disponen de dinámicas propias, muy alejadas del supuesto espacio liso, para ser un espacio rugoso, donde el curso de las aguas -los drenajes del territorio-, la vibración de los suelos -las formas topográficas a todas las escalas-, el tiempo de los árboles -los diversos procesos agroforestales- o todas aquellas vidas que el lugar tiene o que puede llegar a tener, pueden ser imprescindibles para su comprensión, ser el origen de la riqueza de cada lugar. Un lugar con unas características físicas, una historia propia, la primera piedra sobre la que construimos nuestro mundo exterior. Un jardín no es de cualquier lugar.

 

Soporte de paisajes cambiantes. Otros jardines.

Son habituales los encargos de parques públicos en el interior de la ciudad o en su periferia próxima, a caballo de los nuevos crecimientos y de un paisaje próximo que se va deteriorando con los asentamientos de todo tipo y las infraestructuras diversas. A menudo, estos encargos son para acondicionar o ordenar espacios exteriores de las ciudades que por sus cualidades naturales o paisajísticas son utilizados como espacios de ocio, y que requieren de intervenciones que compatibilicen su utilización como espacio libre con su conservación como espacio natural.

La definición de estos proyectos ha salido normalmente desde la utilización de los parámetros tradicionales del espacio público y el jardín, del concepto de conseguir espacios para estar o para pasear, de la memoria de los espacios naturales perdidos, de la relación establecida con la ciudad o el paisaje que los rodea, de la utilización de los elementos naturales de composición del paisaje como la forma del relieve, la disposición de la vegetación o el aprovechamiento del agua, como instrumentos básicos para la elaboración de las imágenes buscadas.

Pero esta concepción tradicional de los espacios libres queda cada vez más controvertida por la diversidad de las demandas que se han de atender. La diversidad de usos y la singularidad de los emplazamientos produce lugares específicos, mal relacionados con su entorno, aislados del resto del paisaje, pero que en cambio dan lugar a un mundo homogéneo, lleno de los mismos productos, inundado por las mismas imágenes. Frente a esta ubicuidad del no-lugar encontramos las ventajas de los espacios polivalentes, lo suficientemente flexibles como para permitir que su configuración y utilización pueda variar con el tiempo, pero lo suficientemente claros y potentes para impedir su desaparición o la pérdida de sus características básicas. Una estructura compleja que se define desde sus posibilidades de uso como espacio libre, desde su vertebración con la ciudad y su comprensión desde el paisaje, y que simultáneamente puede ser compatible con la integración de actividades específicas.

En este contexto encontramos infinidad de intervenciones posibles que a priori no son espacios libres, sino actividades concretas que requieren de programas detallados. Ya no se trata de construir un parque o de intervenir sobre un paisaje próximo, sino que la demanda se refiere a unos requerimientos muy determinados, en principio muy alejados de la concepción tradicional de espacio libre.

Cementerios, gasolineras, carreteras, autopistas, puentes, vertederos, viveros, depuradoras, paseos, estadios, piscinas, aparcamientos, parques temáticos, zoológicos, puertos, comercios insólitos y toda una infinidad de posibilidades se sitúan sobre nuestro paisaje y en relación a la nueva ciudad difusa, olvidando en la mayoría de las ocasiones que son espacios utilizados por el hombre, que son lugares que configuran la forma del territorio.

En todos estos lugares podemos encontrar siempre un componente de espacio exterior, de espacio para el hombre, de espacio que se relaciona con un entorno, lo que da lugar a la posibilidad de que adquieran la dimensión de "jardines". Explorar las posibilidades de esta dimensión convierte a estos proyectos en algo más que un programa sobre un lugar.

Estos "otros jardines" aprenden de los anteriores cómo adquirir esta dimensión, sin renunciar al correcto funcionamiento del programa propuesto. Del jardín su capacidad de domesticar la naturaleza y de transformarla, como en la agricultura, para nuevos objetivos. Del jardín urbano su dimensión de espacio libre, de cómo relacionarse con la ciudad y el paisaje que lo rodean, de cómo establecer recorridos que permitan una correcta experiencia del conjunto. Del jardín geográfico las posibilidades de descubrir o inventar valores del lugar que puedan estar en el origen de cada proyecto, fenómenos del paisaje o nuevas geografías que permitan resolver la problemática planteada.

Domesticación de la naturaleza, jardín urbano o jardín geográfico, los soportes para paisajes cambiantes compatibilizan sus valores de espacio exterior con la integración de usos complejos. Estos otros jardines tampoco son de cualquier lugar.

Algunos de los proyectos presentados en esta publicación adquiren ya la condición de soporte para paisajes cambiantes. El vivero es el paradigma de nuestros soportes, una nueva topografía para un jardín cambiante. Los parques de Sant Cugat -Parque Central y espacios libres de Coll-Favà- forman parte de una idea global para el planeamiento de esta ciudad, un sistema complejo de espacios libres que define la nueva forma de la ciudad. Un puente, un cementerio, una floristería, una parada de autobuses, unos servicios a 2000 metros de altura, la peatonalización de una ciudad y un parque temático completan la lista de estos otros jardines.

IMÁGENES ARTÍCULO OTROS JARDINES

 

1A 1B Cementerio Metropolitano de Roques Blanques. El Papiol. Barcelona.

1985

UN CEMENTERIO que se esconde en la tierra y que como un jardín italiano o unos bancales agrícolas se ancla en el paisaje. Una nueva topografía para un programa muy específico.

2A 2B Puente sobre el río Besós. Sant Adrià del Besós. Barcelona.

1989

UN PUENTE que se aterraza hacia el mar singularizando tres maneras diferentes de atravesarlo. Los valores del espacio libre frente a las complejidades estructurales. Una nueva geografía para un lugar abandonado.

3A 3B Parada de buses y talud. Sant Cugat del Vallés. Barcelona.

1990

UNA PARADA DE BUSES que finaliza un talud entre dos viales existentes. La nueva topografía del talud sirve de base para generar la forma de la cubierta de la parada. Jardinería y arquitectura, un espacio exterior.

4A 4B Floristería Zinnia.Barcelona.

1991

UNA FLORISTERÍA que ocupa un local comercial conformando un nuevo paisaje a partir de la abstracción de un relieve imaginario. Unas gradas de sección constante y geometría compleja que dan lugar a un soporte homogéneo para una utilización cambiante. Un jardín interior.

5A 5B Servicios y área de pícnic. Meranges. Girona.

1994

UNOS SERVICIOS que se situan a 2000 metros de altura y que consolidan el final de un camino, delimitan el recinto de un aparcamiento y remarcan el inicio de los recorridos que conducen a las cimas próximas. Unos muros que engloban todo lo necesario. Una abstracción de la arquitectura rural próxima.

6A 6B Peatonalización del centro de Amiens. Francia.

1994

UNA PEATONALIZACIÓN que recupera la historia del lugar, que hace emerger los trazados de las sucesivas fases de construcción de la ciudad. Trazados, pavimentaciones, mobiliario y una nueva topografía para un jardín urbano.

7A 7B Parque temático Barça 2000. Barcelona.

1998

UN PARQUE TEMÁTICO que se situa bajo una nueva topografía. Espacio exterior de un gran estadio y nuevo jardín para la ciudad en su parte superior, ocio temático en complejos contenedores en su parte inferior. Un nuevo entorno para un lugar mítico.